Cuando en 2007 se estrenó en Cuba la película alemana La vida de los otros varios medios de comunicación extranjeros acreditados en La Habana, como las agencias de prensa Reuters y AFP y hasta el corresponsal del diario mexicano La Jornada, usaron la ocasión para establecer paralelismos con la historia que cuenta el filme y la realidad cubana. Con una unanimidad muy lejos de la esperada en una prensa que se dice libre y diversa, todos los corresponsales se apoyaron para ello en las declaraciones de una persona que -según los cables secretos de la representación diplomática de EE.UU. en la Isla, revelados por Wikileaks– recibe dinero del gobierno norteamericano para implementar
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